En esta entrada pretendemos dar unas pequeñas pautas para la correcta conservación de los huevos.
Los huevos son la fuente más frecuente de salmonelosis, la causa suele estar en restos de excremento de gallina que puedan quedar adheridos a la cáscara, si entran en contacto con el interior y si se toman en crudo.
El peor error que se puede cometer es lavar un huevo y guardarlo varios días para comerlo. Esto permite la entrada de gérmenes, que contaminarán el alimento y, posiblemente, afectarán la salud del comensal.
En Erreka Arraultzak, el compromiso con la calidad, la limpieza y los cuidados para la perfecta salubridad del producto es completa, siendo la primera de nuestras prioridades.
Los huevos se deben mantener en sitios refrigerados: por regla general un huevo se estropea al mismo ritmo en un día si se coloca temperatura ambiente, que el mismo huevo colocado en refrigerador cuatro días. Los huevos pueden ser congelados durante varios meses.
Pero, ¿Por qué guardamos los huevos en la nevera si al comprarlos en el supermercado está a temperatura ambiente?
El motivo de que los huevos se encuentren a temperatura ambiente en los supermercados es fácil de entender. Imaginamos que en el supermercado están en refrigeración, los metemos en el carrito de la compra y nos los llevamos a casa, donde los depositamos en la nevera.
Esto hará que los huevos sufran cambios bruscos de temperatura que pueden provocar la condensación del agua en la superficie del huevo, facilitando un medio idóneo para la proliferación de microorganismos, aumentando con ello el riesgo de contaminación. Para evitar esta situación, los huevos se mantienen en los comercios a temperatura ambiente, tal como especifica el Reglamento (CE) 589 / 2008: "Los huevos deben almacenarse y transportarse a una temperatura de preferencia constante y, por regla general, no refrigerarse antes de su venta al consumidor final."
Existen en el mercado huevos pasteurizados. Las autoridades de cada país suelen hacer regulaciones específicas sobre el etiquetado de huevos en las cáscaras de los huevos para que el consumidor esté informado acerca del estado y origen del huevo que consume.
Precauciones al adquirirlos.
Las precauciones para su adquisición:
- No adquirir huevos que presenten grietas en sus cáscaras.
- Se deben adquirir en recipientes (generalmente de cartón: hueveras) aireados con sus indicaciones y etiquetas de consumo
- No adquirir huevos con restos sospechosos en la cáscara
Precauciones para su conserva.
- El huevo se conserva, como máximo, tres semanas en la parte menos fría del frigorífico.
Para su correcta conservación hay que mantener los huevos en condiciones adecuadas de temperatura y humedad del ambiente. La humedad no debe ser superior al 80 %, y en cuanto a la temperatura, lo ideal es mantenerlo entre 1 y 10º C.
- Se debe almacenar con la punta hacia abajo.
- No se deben limpiar, mucho menos con agua, deben dejarse intactos.
- Los huevos son susceptibles de tomar olores de otros alimentos: se deben proteger.
- Se recomienda no almacenarlos en la puerta del frigorífico dado que el movimiento de ésta perturba a la yema y la rompe. Su posición óptima es en el interior del frigorífico.
- No almacenar huevos rotos más de un día.
Precauciones en la cocina:
Durante la manipulación para preparación de platos deben tenerse las siguientes precauciones:
- No consumir huevos que presenten grietas en sus cáscaras.
- Limpiar con un paño los huevos antes de usarlos.
- Tener cuidado de que no queden restos de cáscara en la clara o yema una vez abiertos.
- En verano, no se debe mantener un huevo abierto fuera del refrigerador.
- Mantenga el huevo en sitio frío, especialmente en verano. Es contraproducente que los huevos se guarden a más de 25 grados centígrados.
Por último vamos a comentar cómo poder determinar si un huevo está en buen estado o no, aunque lo más saludable y menos riesgo conlleva es, que cuando haya dudas, no comamos ese huevo...
Determinación del buen estado de un huevo
Para saber si un huevo se encuentra en buen estado se requiere hacer una prueba sencilla: en un vaso casi lleno de agua, agregue un puñado de sal y remueva, hasta disolverla; después introduzca el huevo, si se hunde, está fresco, si se pone a medio vaso tiene unos días, pero si flota, tírelo, pues está en mal estado.
Esta prueba se basa, en una estructura interna del huevo, llamada cámara de aire. Esta cámara, al pasar los días, se llena de aire, y en consecuencia permite la flotabilidad del huevo.
Otra interesante prueba, es sacudir el huevo con la mano cerca de la oreja, si produce sonido dentro está pasado, de lo contrario (si no se oye nada), está fresco.
Bibliografía:
- Reglamento (CE) Nº 589 / 2008 de la Comisión del 23 de Junio de 2008 por el que se establecen las disposiciones de aplicación del Reglamento (CE) N1 1234 / 2007 del Consejo en lo que atañe a las normas de comercialización de los huevos.
- Real Decreto 176 / 2013, del 8 de MArzo, por el que se derohan total o parcialmente determinadas reglamentaciones técnico-sanitarias y normas de calidad referidas a productos alimenticios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario